Quienes estamos viviendo en este año 2014, recibimos al
igual que los que hemos transitado el 2001 la consabida expresión argentina de
que esta nación que lleva la riqueza de tan noble elemento en su nombre, cada
diez años se manda una patinada de esas, que te dejan con una parte para arriba
y al descubierto.
En ese año 2001, comencé con esta tarea de consultor
empresario y elaboré un ensayo que pocos conocieron y que ahora levanté en la
web, se llama Te ganarás el Pan, lo he citado en otros artículos y es posible
que traiga alguna de aquellas reflexiones en futuras entregas. Quien en su
curiosidad esté dispuesto a pasar por semejante portento, acá lo invito a:
Lo traigo porque fue un documento realizado en ese mismo año
atravesado por la crisis y por la caída de Las Torres ni más ni menos. Muchas
de las conjeturas luego se cumplieron, otras quizás nunca lleguen a pasar a la
historia y otras, estarán esperando quizás su momento, pero en todos los casos,
el escenario no ha variado sustancialmente a pesar de tanta agua que corrió
debajo del puente.
Por otra parte, mi novela A Campo Traviesa relata las vicisitudes de un grupo de personajes en
los días de esa crisis y de otra también, aquella que nos pasó como en un
tifón, una vez concluida la guerra de Las Malvinas.
Desde el espacio de la consultaría empresaria, una crisis en
la economía es una variable a tomar en cuenta en eso que llamamos escenario. Podemos
prever su tendencia, podemos prepararnos para recibirla y podemos hacer todo lo
que sea posible para soportar hasta que la tormenta pase, porque tal como todos
sabemos, siempre que llovió, paró.
También sabemos que toda crisis trae oportunidades como el
río revuelto a los pescadores. A veces sacamos partido si no nos abruma la
situación y estamos algo preparados y otras, con salir sin demasiados
magullones es suficiente para recuperanos luego en algún puerto seguro.
Desde mi encuadre profesional, esperaba esta embestida de
estagflación para el verano del 2013, se prolongó un año más pero llegó. Les
recuerdo que la del 2001 comenzó tibiamente a fines de 1998 y se terminó de
resolver en los finales del 2002.
Esta comenzó en los inicios del 2012 recuerdo
el artículo Volver
Y es posible que se mantenga por uno o dos años más.
Qué hacer en cada caso.
Oler el viento, sentir el ruido que hacen las alas de las
gaviotas porque es difícil que se escuche su grito y esperar la calma. Luego de
la calma, es público y conocido que la tormenta arrecia.
En todos los casos la regla es:
Verificar sogas, velámenes y hombres, confiar en el oficio y
no olvidarse de pedir un cabo al innombrable, tan solo por el respeto que Él se
merece.
Cada empresa y cada rubro tiene su particularidad y cada
momento de la historia también tienen lo suyo. Les recuerdo el artículo antiguo
que ahora cito
donde advierto que participamos de un ciclo mundial cuyo
ritmo es de cuarenta años.
De modo que además de las características intrínsecas de
nuestra argentinidad, lo que ahora está ocurriendo, es el resultado de las
virtudes de quienes dirigen nuestra argentinidad, sumado a un proceso que
agrega lo propio, tal como ocurrió en los días posteriores al Rodrigazo o a la
Crisis del Treinta.
Como les ocurre a los capitanes en los momentos duros, la
mirada debe fijarse en el horizonte, es obligatorio mantener la calma e
imprescindible conducir el timón y a los hombres.
A los que les gusta leer recomiendo Tifón de Conrad.
A mí me ha servido de mucho en los tifones que me han
tocado. Quizás puedan bajarlo de ese sitio, no he encontrado otro y si no,
dense una vueltita por la librería y cómprenselo, no se van a arrepentir.