miércoles, 21 de noviembre de 2012

Infancia Clandestina

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  En un tiempo no definido, me tocó enfrentar la película Infancia Clandestina. Ya estaba advertido de que no debía hacerlo, pero Dios debe cargar las armas para que luego se disparen, aún sin que uno pueda evitarlo. .

  Hoy, que pasó una eternidad desde que la Infancia Clandestina hizo su paso por mi vida, supongo que me tenía advertido aquello que hizo famoso a don Jesús Quinteros, ese figurón español del Perro Verde. Él, que es un gran fanfarrón, solía agregar entre tanta palabra, algo así: “soy en definitiva, un maestro en el difícil arte de la supervivencia”. .

  Por otra parte, poco me interesa conjeturar sobre dónde estaba cada cual, ni que debió de haberse hecho, tampoco debo cargar con el derecho de juzgar. El dolor supera cualquier sentimiento y el interrogante, (question decía Hamlet) ¿Ser o nó ser?, sigue siendo el eje. Quien decidió el film, o quienes en el conjunto de pasiones e intereses lograron el fruto, es posible que hayan anudado sus propias trampas al atrapar lo clandestino de aquella infancia. .

  Los protagonistas del film son militantes Montoneros que regresan del exilio en una operación llamada Contraofensiva, con la misión de retomar la iniciativa de la lucha. El resultado es conocido y es el de una derrota aplastante de la cual, pocos pudieron contarla. La excusa aparente del relato, es contarnos ese entrecruzamiento de la historia, desde los ojos de un hijo de ellos que regresa a la Patria desde el exilio con sus padres, es hijo de guerrilleros y vive clandestino con la historia que le ha tocado en esta vida. .

  Las dos condiciones son evidentes en su protagonistas infantiles. Juan (alias Ernesto), la hermanita bebé que posteriormente terminaría apropiada, no tienen discusión y pareciera que el argumento se centra en esa clandestinidad infantil. Sin embargo, como con el arsénico que uno puede tomar cada día, un veneno indeleble me anduvo atravesando desde la primera escena. La Infancia Clandestina estaba presente en los otros también que aparecen en la historia, esos jóvenes adultos capaces de vivir creyendo que se puede cambiar el mundo a fuerza de liturgia y de coraje, los otros infantes, esos otros chicos que transitaban el horror de la mano del amor primero y de la fuerza compañera de la escuela después, los maestros, los padres de los guerrilleros, los transeúntes que sabían, pero que construían su conjuro para sostener eso que nos enseña Don Jesús, primero sobrevivir. Por último además, se sentía en el aire de la sala, la clandestinidad oculta en las almas infantiles de los que asistían a un espectáculo que ocurrió hace tanto, pero que parece que fue ayer, cuando en verdad, éramos niños..

  Vivir esa experiencia me recordó mi condición de infante, atravesado en un mensaje clandestino que me anudó al Tambor de Hojalata de Günter Grass. En ese libro, el gigante alemán, juega con un pueblo que se niega a crecer y en su omnipotencia, derrama la tragedia del nazismo..

  La sangre corre por el albañal del barbero, los chicos saltamos en un juego de rango “capurra montó a la burra”, gritamos y aquel figurón que se esconde en el matorral, es el encargado del destino. Él es el marcado que nos deja correr por el prado y dice: aquel está señalado..

  Este artículo comenzó al poco de haber visto la película, pero necesitó un tiempo para ordenar las ideas que se lanzaron en pocas horas..

  Los tres ejes de mi disquisición que aparecieron después de haber sentido en la piel, esa ambigüedad que sólo se consigue cuando uno es un clandestino eterno, fueron primero las obvias, clandestinidad e infancia y luego nació una tercera que llamo El retorno del Salmón. Quiero aclarar que llegaron juntas y sin avisar, pero ya ven, hace falta tiempo para que las entrañas lo codifiquen al idioma binario del pobre viejo cerebro..

  Voy a traer tres asociaciones foráneas y tres criollas que me clavaron el anzuelo del Salmón a la Infancia Clandestina. .

  Empiezo con las de afuera porque así vinieron, es más fácil quizás para mí, detectar la paja en el ojo ajeno..

  Recordé un cuento que atribuyo a James Baldwing. Antes de citarlo intenté verificar lo que mi tramposa memoria me trae y salí a buscar primero en la red, luego en mi desordenada biblioteca y mas tarde, salí a la calle a revolver bibliotecas y librerías de viejo, finalmente recalé en los archivos de amigos y conocidos, con la buena suerte de no haber encontrado lo que buscaba. De todas formas, la tarea me obligó a releer algo de ese gran escritor norteamericano que agradezco. De modo, que no puedo citar ni el nombre ni el autor, pero el cuento viene así:.

  Un hombre frente al espejo se mortifica, tiene por delante una misión dolorosa. El hombre es un reconocido músico de Jazz nacido en Harlem, negro por supuesto y casado con una rubia. Desde hace bastante tiempo que vive en París donde el amor de la rubia, además de otros placeres, le regaló un hijo. El centro de sus soliloquios están dirigidos al modo en que tendrá que explicarle a su pequeño hijo, mulato y francés, que en la tierra donde nació su padre, cuna de la música que lo hace famoso, ese niño, al igual que su padre, revisten la calidad de ciudadano de tercera. ¿Cómo hacer entender a ese pequeño el desprecio que el blanco de Harlem propone? ¿Cómo explicar que para cualquier negro, un blanco de Nueva York encarna una amenaza segura? .

  Insisto sobre las trampas de los laberintos de mi memoria, no hay más alternativa que aceptarlos y declarar que es muy probable, que el cuento lo haya leído con anterioridad a los sucesos que muestra la película. La clandestinidad de la cual no se puede salir, me resonaba en la piel mucho antes que El Proceso de Reorganización Nacional hiciera su llegada. No pude tolerar la parábola de ese negro condenado a regresar al sitio donde se lo degrada y de éste modo, también refregar esa condena a su hijo y recordarle: No interesa cuan bueno seas, siempre serás un pobre Negro. Desconozco el derrotero del cuento, pero me alcanzó esa escena. El Salmón regresa para desovar y después morir. .

  El segundo hito es La Mancha Humana: film protagonizado por Anthony Hopkings y Nicole Kidman, estrenada en el año 2003, relata la historia de un hombre negro que el destino decidió no cargarlo con los rasgos distintivos de su raza. Eso quiere decir, que nadie podía darse cuenta de su origen por su aspecto. Esa diferencia y otras experiencias nefastas, lo decidieron a negar su condición de negro y eligió paradójicamente otra marginalidad y esa es para mí, una de las perlas del film. Decidió ser judío. Carga entonces el hombre con su clandestinidad hasta en el oculto lugar de la alcoba de su santo matrimonio. Soporta la acusación de discriminador de negros (quizás con justa razón) y vive su secreto, hasta que la vida lo cruza con una marginal auténtica, mezcla extraña de figura deseada e inabordable, que carga con el dolor más espantoso que pueda llevar un mortal. De yapa y de trasfondo, aparece el sonido de la locura social de la guerra de Vietnam. Sobre el final, el protagonista confiesa su condición de negro a la mujer amada. Esa escena los coloca inexorablemente a los dos, en la contracorriente del encuentro con la trampa del final inevitable del Salmón. .

  La última gringa es Lacombe Lucien: film de 1974, dirigida por Louis Malle. Ocurre en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Lucien es un joven sencillo campesino que termina siendo parte de la temible Gestapo de Francia. No me interesa relatar el film que vale la pena verlo, sino resaltar la historia de un sastre fino judío y de su hija, que quedan estampados en el relato. .

  Con la Francia ocupada, los judíos eran trasladados a los campos de exterminio. El sastre sobrevivía trabajando oculto para los esbirros del régimen. La hija termina entrelazada con Lucien en un vínculo a ojos vista. La escena que me importa relevar es esta:.

  El padre, que vive escondido y entregado a trabajar por monedas para proteger su vida y la de la hija, descubre que ella también logró encontrar el camino que recomienda Jesús Quinteros para sobrevivir y no lo tolera, se encuentra a sí mismo entregado a sus captores y con la hija abrazada al monstruo. .

  De modo que enfrenta a su hija y le pregunta:.

  - ¿Cómo es posible que puedas amar a semejante bestia?.

  En los ojos de la joven, la furia mezclada al dolor es sublime..

  - Estoy cansada de ser judía – le contesta en un fraseo cercano al grito..

  Es valioso el modo en que el director abusó de la cámara. Hoy, que casi han pasado cuarenta años en que mis ojos quedaron atrapados en ese cruce de miradas, puedo recordar la impronta que marcaron en mi alma. El padre, luego de esa escena, se viste con sus mejores galas, se dirige al cuartel de la Gestapo alemana para terminar la farsa y acabar, como él sabía, en un oscuro horno de algún campo de concentración cercano, luego del pesado viaje en el obligado tren de carga..

  Ahora vienen los tres locales:.

  El primero es el del film objeto del artículo, Infancia Clandestina. La clandestinidad y los retornos se vuelven muy dolorosos cuando abordamos la historia que nos trae de esa familia hermosa de papá, mamá, nene, nena y de regalo un tío solterón, igualito a la de aquella tira de la comedia televisiva de los años sesenta. La Operación Contraofensiva habla por si sola del viaje de regreso de los exiliados a su Retorno del Salmón..

  Le sigue la historia del máximo líder del movimiento más popular que haya conocido nuestro país, ése que citaban en cada ceremonia de rezo los protagonistas guerrilleros..

  El Futuro General Perón, como todo ser que se precie, en algún momento de su historia, también fue un infante. Pero la curiosidad no queda ahí, sino que también era un ser clandestino de chiquito nomás. Hay voces que aseguran que no nació en Lobos, sino que lo hizo en la localidad de Roque Pérez en una casa modesta y que fue anotado con el apellido de su madre como Juan Sosa. Luego el padre reconocería a ese hijo y a sus hermanos, pero inicialmente el futuro presidente de los argentinos, nació bastardo, con una madre que descendía de modo directo de una cacique Tehuelche, lo que para la época, era por lo menos de muy bajo nivel. Esa historia salió a la luz muchos años después de la muerte del presidente, lo que nos arroja su margen oscuro..

  De modo, que el hombre que marcó la identidad política de la última etapa del siglo veinte en mi país, transitó una infancia clandestina que se cuidó de ocultar. Y como el Salmón, se encargó de regresar para morir. Algunos opinan que no fue la mejor idea que tuvo, incluso aquellos jóvenes que luego de muerto, lo seguían idolatrando hasta en su propia muerte, olvidando que el viejo dirigente antes de morir, los echó a patadas del máximo altar del templo popular..

  El último infante clandestino que me queda del área local, no es ni más ni menos que el hombre más querido de la argentinidad, el Morocho del Abasto que tantos lo seguimos idolatrando..

  Algunos atribuyen al lugar de nacimiento importancias que otros no le otorgan. “La Patria de uno es su tierra de la adolescencia” solía decir mi hermano Rúben, pero ya está muerto y el Mudo, a pesar de que cada día canta mejor, también..

  Algunos dicen que nació en Toulose, Francia, otros en Tacuarembó, Uruguay, en alguna partida figura la ciudad de La Plata de nuestra tierra. Demasiados lugares para el hombre que llevó el Tango al sitio más elevado a nivel internacional. Hace pocos días, salió a la luz uno de los motivos para entender tanta confusión de lugares donde el cantor nació. Ocurre que Carlitos, era un prófugo acusado de estafador, campeón del cuento del tío y otras yerbas desde su temprana juventud. Su prontuario se disolvió en el gobierno de Alvear, gracias a los buenos oficios de don Barceló y de su guardaespaldas, el matón Ruggerito, el mismo personaje que se encargó de calmar a las trompadas, a aquellos que intentaron liquidar al cantor de un tiro por cuestiones de dinero. Luego las lenguas de la fama, lo disfrazaron de un tema de polleras..

  A los catorce años, este chico se escapó del hogar de su madre soltera a recorrer la ciudad, ya llevaba alguna cuita con la ley, que al tiempo se agrandó junto a su fama de cantor en los burdeles y centros oscuros de los políticos conservadores. Nadie como Gardel ganó tanta fama con su regreso. Un accidente en Medellín lo pasó a la inmortalidad. Flor de Regreso del Salmón para el Mudo..

  El Salmón regresa para desovar. Algunos elegidos logran llegar al agua dulce y entregar su carga de fertilidad. Otros quedan atrapados en el viaje loco que los obliga a saltar sobre la contracorriente de los rápidos desde el mar. Nada se pierde, aquellos que no llegan, sirven para calmar los apetitos y algunas codicias de osos, hombres y de otras plagas que le tocan depredar al Salmón. Hay modos de ver cada situación. Por ejemplo se me ocurre, que el pobre músico negro de ese cuento que no encuentro y aquel torturado sastre judío, llegaron hasta el agua dulce para fecundar en el alma de sus hijos, la responsabilidad de la impronta personal de lo que uno es. Tendrás que ser lo que sos, sino, no serás nada. Es posible también que Gardel necesitara morir joven para transformarse en un eterno joven hermoso y de ese modo, cantar cada día mejor..

  La locura de los otros, la de aquel falso blanco judaico, la de los jóvenes argentinos guerrilleros y la de aquel anciano presidente, quizás los haya dejado atrapados en las garras de su pasado o quizás, alguien mañana pueda descubrir algún retoño de su paso por este mundo. .

  Me queda un comentario que abre una esperanza..

  Vuelvo al film Infancia Clandestina para el cierre..

  En la oscuridad de la sala, con la palabra Fin agotada, la falta de sonido era abrumadora. No había nada para decir. Los espectadores nos levantamos de las butacas con un silencio de respeto mortuorio. Apenas se escuchaban los hipos de algún llanto reprimido..

  Mi amiga, que casualmente padeció un exilio por acompañar a su amor, finalmente rompió el silencio y dijo:.

  - Cosa de Locos, ¿no?..

  Los que la escuchamos y la conocemos, supimos que hablaba de su propia locura también, de esa que le tocó vivir en todo ese tiempo y que quizás, la que le siguió en otros tiempos..

  - Los cambios sociales son cosa de Locos- me descubrí respondiendo sin haberlo querido..

  La sorpresa no sólo fue para mí..

  No volvimos a hablar por largo rato..